En la primera infancia, hasta los 6 años, no es normal tener diagnósticos en neurodivergencia, aunque los padres puedan tener sospechas. Es algo razonable, porque el cerebro no está todavía desarrollado y muchas evaluaciones podrían dar falsos positivos.
Esta franja de edad nos interesa mucho precisamente por eso. Es difícil obtener información clara de cómo funcionan los niños neurodivergentes si su diagnóstico no es evidente. En conversaciones con padres y madres que tuvieron diagnóstico posterior, hemos encontrado algunos patrones que nos parecen bastante interesantes.
En muchos casos, la neurodivergencia, por muy ligera que sea, acarrea problemas para relacionarse y establecer amistades. Parece que en la primera infancia este patrón ya aparece mucho antes que otros síntomas. A continuación exponemos algunos de los casos que hemos ido recopilando.
Problemas en los juegos grupales en la primera infancia neurodivergente
Muchos niños y niñas manifiestan problemas interactuando en los parques en las primeras etapas de su vida. Entre ellos:
Incomodidades y bloqueos para jugar en zonas con otros niños
Al encontrarse con otros niños, parecen manifestar molestia o bloqueo. Por ejemplo, no son capaces de hacer filas para tirarse del tobogán. Suelen ir más lentos y con miedo, y al ponerse otro niño detrás, se pueden descontrolar y llorar.
Cuando otro niño quiere jugar con ellos. Suelen sentirse incómodos y vulnerables, provocando igualmente colapsos emocionales.
Cabe destacar que estos síntomas pueden ser normales al principio en niños tímidos. Lo llamativo en la neurodivergencia es que los padres comentan que parece alargarse demasiado o no acaba de desaparecer nunca.
Percepciones exageradas o equivocadas al interactuar con otros niños
Otra de las cosas muy llamativas, quizás más fácil de detectar, es que pueden percibir lo que pasa de forma exagerada o equivocada. Por ejemplo, cuando presencian una pelea que no le afecta personalmente, pueden ir llorando a sus padres diciendo que les han pegado a ellos. En este caso seguramente el ver el incidente le causa una sobrecarga emocional tan fuerte que no puede interpretarla bien, y por eso siente la agresión como si la hubiese recibido él.
En las filas para los juegos, simplemente por tener otro niño cerca puede sentir que le están molestando o no le dejan tirarse del tobogán o saltar, cuando en realidad pasa lo contrario, el niño que está detrás está deseando que se tire para poder ir él, y como mucho le está urgiendo. Seguramente sea porque le rompe la concentración que el niño neurodivergente necesita para lanzarse o saltar, y al perder la concentración se siente bloqueado y culpa al niño que lo ha causado. Estos bloqueos además suelen ser muy extremos, y desencadenar que el niño se quede como una estatua sin reaccionar a estímulos, o que se desencadena una rabieta/colapso muy considerable.
Otras dificultades de los niños neurodivergentes para adaptarse al juego en parques
En general, a los niños neurodivergentes les suele costar empezar a jugar en parques, parece que otros niños les incomodan, que no entienden bien las dinámicas y se les ve muy diferentes al resto. Aquí ya se empiezan a percibir las primeras señales de lo que pueden ser problemas futuros dado que otros padres o niños les ven como "débiles", "malcriados", "enmadrados" o "empadrados".
Necesidad de tiempos más lentos en la interacción con otros niños
Los padres remiten a que parece que sus hijos necesitan pensar y analizar mucho más las cosas. En general son más lentos y necesitan más tiempo para sentirse seguros para actuar y jugar. El problema es que el resto de niños no suelen tener paciencia para esperar, y mucho menos para explicar o acompañar. Si los padres de los otros niños no ayudan y contribuyen a que sean comprensivos y amigables, pronto se aburrirán y no contarán con el niño neurodivergente para jugar en grupo.
Problemas al interactuar con grupos grandes de niños
El juego grupal, cuando es con muchos niños, se puede complicar bastante. Esto es bastante fácil de entender, y le pasa igualmente a los adultos autistas. Es exactamente lo mismo. Tener que gestionar las emociones, expresiones, gestos y la comunicación simultánea de muchos niños a la vez suele ser demasiado para la mente neurodivergente. Esto se puede comprobar incluso en juegos tan sencillos como el "escondite inglés" o cualquiera que implique más de dos o tres niños hablando o haciendo cosas simultáneamente.
Es normal también, que depende del tipo de colegio al que asistan, no participen de las actividades grupales tipo asambleas. En algunos casos nos comentan que tuvieron una época en la que mostraron cierto interés, pero pronto decidieron pasar a un segundo plano en las asambleas y no participar más.
Las redes de padres, extraescolares y primeras "pandillas" en la neurodivergencia
Ya en el colegio, incluso en la etapa de infantil observamos problemas que pueden ser precursores del bullying futuro que algunos niños pueden sufrir. Además, en casos de neurodivergencia parece que ocurren con más frecuencia.
Los niños neurodivergentes no suelen funcionar bien con grupos grandes de niños y, si consiguen hacer amigos (no siempre es así), como mucho preferirán relacionarse con uno o dos niños a la vez. Además, no suelen gustarles las actividades extraescolares, dado que suelen sobrecargarse más sensorialmente, y el colegio y más actividades suelen ser demasiado para ellos.
Todo lo comentado hasta ahora parece crear un clima negativo para las relaciones del niño neurodivergente, donde los padres nos destacan lo siguiente:
- Como no participan bien en grupos grandes y se sobrecargan más que el resto de niños, suelen ser solitarios.
- Sus reacciones en las filas de juegos o sus bloqueos en situaciones que los otros niños no entienden, hacen que los consideren raros y empiecen a alejarse.
- Muchas de las primeras pandillas de amigos parecen formarse en las actividades extraescolares. Algunos padres han llegado a hablarnos del "lobby de las extraescolares" o incluso "la secta de las extraescolares". De esto hablaremos más adelante. Pero también causan ciertos problemas:
- Se crean grupos de padres girando a ciertas extraescolares donde se comentan cosas y se generan dinámicas que los padres externos no se enteran, y por tanto, sus hijos no pueden participar.
- Muchos de los padres nos transmiten que ni sus hijos ni ellos pueden seguir el ritmo que "demandan" los otros padres, lo que hace que ellos también sean considerados raros y acaben siendo excluidos.
En este punto queremos destacar lo pronto que se dan estas circunstancias, incluso en niños de 4 a 6 años. El diagnóstico no es común a estas edades y puede resultar muy frustrante para los padres no entender por qué están empezando a pasar estas cosas con sus hijos.
Los problemas con los grupos de las extraescolares
Bautizados por algunos padres como "lobby de las extraescolares" o "secta de las extraescolares". Suelen referirse al grupo de baile de las niñas, el de fútbol de los niños, el grupo de natación o la academia de inglés de moda del distrito escolar de sus hijos. Si no te apuntas a esas activividades (ya sea porque es un niño neurodivergente que no las soporta, pero también por falta de dinero, tiempo, o cualquier otra razón) tu hijo se empieza a descolgar de la vida social de su clase.
Esto parece muy relacionado también con la forma de sociabilizar de los propios padres. Pero el sentir general que más nos encontramos, es que si te quedas fuera de esos grupos como padre, va a tener consecuencias sociales para tus hijos.
Los primeros cumpleaños
La exclusión en los cumpleaños se produce desde la primera infancia por los problemas antes descritos. Nos sorprende como cada vez más profesores nos comentan que son más que conscientes de estos problemas, y que tratan de solucionarlos en la etapa de infantil con varias estrategias, como pueden ser:
- Organizar cumpleaños en el colegio, normalmente trimestrales, como una fiesta donde todos los niños de clase están invitados.
- Invitar a los padres en las reuniones de organización del curso, a que si quieren organizar ellos cumpleaños, los hagan también trimestrales con toda la clase.
- Pedir que si se van a hacer cumpleaños, no se utilice el entorno escolar para hacer invitaciones donde unos niños puedan quedarse solos o excluidos al ver que nadie les invita.
El mismo profesorado que nos comenta esto, nos dice que en realidad, por mucho que insisten, no tienen éxito y los problemas se repiten año tras año. Dándonos la razón en que además, afecta especialmente a niños con neurodivergencia u otro tipo de problemas.
El problema de la empatía general con aquellos niños que muestran un carácter diferente
La sensación que tenemos a este respecto, es que en las primeras etapas de la educación, sí que hay mucha concienciación con el concepto del bullying por parte de los padres, pero para que no lo reciban sus hijos. Una vez los padres han trabajado para crear un grupo donde sus hijos encajen, tienden a olvidarse fácilmente de aquellos que se quedan descolgados de los grupos establecidos.
Al final los niños que por sus condiciones tienen más problemas para encajar, tienden a ser señalados como culpables (no se adapta, no habla, tiene un carácter difícil...). Es curioso como se pueden lanzar sentencias tan determinantes sobre niños de 4 a 6 años, pero se da bastante más de lo que parece.
Conclusión
Si bien, nada de lo contado en este artículo constituye un hecho que permita diagnosticar una neurodivergencia, hemos comprobado que son historias comunes a muchos niños que años después acaban obteniendo un diagnóstico.
Como siempre, recomendamos buscar profesionales especializados en evaluación neurológica que puedan analizar la cognición y hacer un diagnóstico fiable. La historia clínica y del desarrollo es fundamental para ellos, y es interesante comentarle cualquier cosa que llame la atención, porque en el conjunto del proceso, puede aportar información valiosa para el diagnóstico.