La neurodivergencia es un término que engloba una amplia gama de condiciones neurológicas que afecta a la forma en que las personas piensan, aprenden e interactúan con el mundo. En el caso de los niños, estas diferencias pueden manifestarse de diversas maneras, afectando su desarrollo social, emocional y cognitivo.
Síntomas comunes en niños neurodivergentes
Aunque cada niño neurodivergente es único y va a presentar una combinación única de síntomas, hay algunos patrones comunes que se observan en diversas condiciones:
- Dificultades en la comunicación social:
- Problemas para iniciar o mantener conversaciones.
- Dificultad para comprender las señales sociales no verbales (expresiones faciales, tono de voz).
- Falta de interés en las interacciones sociales.
- Dificultad para compartir intereses o emociones con otros.
- Patrones de comportamiento repetitivos:
- Movimientos repetitivos (balancearse, aletear las manos).
- Intereses restringidos y obsesivos (juguetes, temas).
- Necesidad de rutina y resistencia al cambio.
- Autoestimulación (morderse las uñas, jugar con el cabello).
- Dificultades sensoriales:
- Hipersensibilidad o hiposensibilidad a estímulos sensoriales (sonidos, luces, texturas).
- Búsqueda de sensaciones (mover objetos cerca de la cara, saltar).
- Reacciones emocionales intensas ante estímulos sensoriales.
- Problemas de atención y concentración:
- Dificultad para mantener la atención en una tarea.
- Impulsividad.
- Hiperactividad.
- Dificultad para organizar tareas y gestionar el tiempo.
- Dificultades en el aprendizaje:
- Dificultades con la lectura, la escritura o las matemáticas.
- Problemas de memoria a corto plazo.
- Dificultad para seguir instrucciones.
- Dislexia: Problemas para reconocer palabras, leer con fluidez y comprender textos escritos, que puede afectar a la escritura y la ortografía.
- Discalculia: Problemas para entender conceptos matemáticos básicos, realizar cálculos y manejar números en la vida cotidiana.
- Dispraxia (dificultades de coordinación y movimiento): Es un trastorno del desarrollo de la coordinación que afecta la planificación y ejecución de movimientos.
- Problemas para realizar tareas precisas con las manos, como escribir o abrochar botones.
- Dificultad para mantener la estabilidad, correr o saltar.
- Dificultad para planificar y secuenciar movimientos complejos, afectando actividades diarias como vestirse.
Ejemplos de niños neurodivergentes y síntomas
Existen muchísimos tipos de problemas y condiciones neurológicas, algunos ejemplos son:
- Trastorno del espectro autista (TEA): Se caracteriza por dificultades en la comunicación social, patrones de comportamiento repetitivos y restricciones en los intereses.
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): Se caracteriza por problemas de atención, impulsividad e hiperactividad.
- Síndrome de Asperger: Forma de TEA caracterizada por dificultades en la interacción social y patrones de interés restringidos, pero con habilidades lingüísticas intactas.
- Síndrome de Gerstmann: Condición neurológica que afecta la capacidad de procesar información visual y espacial, y puede incluir dificultades con la escritura, el cálculo, la orientación espacial y la discriminación de los dedos.
- Tempo Lento: Dificultad para procesar la información a la misma velocidad que otros niños, lo que puede afectar el aprendizaje y la realización de tareas.
Diagnóstico y apoyo en los niños neurodivergentes
El diagnóstico de una condición dentro de la neurodivergencia es un proceso complejo que requiere una evaluación exhaustiva realizada por un equipo multidisciplinario de profesionales
El diagnóstico es fundamental para poder entender cómo funciona la cognición del niño y poder trazar una estrategia para mejorar aquellos rasgos que puedan causarles problemas en su desarrollo. El apoyo adecuado puede incluir:
- Terapia conductual: Para ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales y de comunicación.
- Terapia ocupacional: Para mejorar las habilidades motoras y sensoriales.
- Logopedia: Para abordar dificultades en el lenguaje y el habla.
- Educación especializada: Para adaptar el currículo y el entorno escolar a las necesidades del niño.
- Apoyo familiar: Para ayudar a las familias a comprender y afrontar los desafíos de la neurodiversidad.