El síndrome de Asperger es una forma de Trastorno del Espectro Autista (TEA) que se caracteriza por una serie de síntomas que afectan principalmente la interacción social, la comunicación y el comportamiento. A continuación, se describen algunos de los síntomas más comunes en niños:
Dificultades en la interacción social
Los niños con síndrome de Asperger suelen tener problemas para relacionarse con sus compañeros. Pueden preferir la compañía de adultos o jugar solos, ya que les cuesta entender las reglas implícitas de los juegos y las interacciones sociales. Además, pueden mostrar una falta de empatía, lo que dificulta la comprensión de las emociones y las intenciones de los demás.
Problemas de comunicación
Aunque los niños con Asperger suelen tener un desarrollo del lenguaje normal, pueden presentar dificultades en la comunicación. Pueden hablar de manera muy formal o pedante y tener problemas para mantener una conversación fluida. También es común que no miren a los ojos al hablar y que no entiendan el lenguaje figurado o las ironías.
Suelen ser muy intensos con los temas que les interesan y parece que no pueden dejar de hablar de ellos.
Intereses restringidos y comportamientos repetitivos
Estos niños a menudo desarrollan intereses muy específicos y pueden pasar largas horas dedicados a ellos. Por ejemplo, pueden obsesionarse con temas como los trenes, los dinosaurios o las matemáticas. Además, pueden mostrar comportamientos repetitivos, como agitarse o mecerse cuando están ansiosos.
Es normal que digan que estar en actos sociales les agota enormemente y que después necesiten estar mucho tiempo en un entorno seguro y solitario como puede ser su cuarto o un rincón especial de su casa. En esos momentos pasan todo el tiempo centrados en sus intereses.
Necesidad de Rutinas
Los niños con Asperger suelen necesitar rutinas estrictas y pueden sentirse muy angustiados si estas se ven alteradas. Les resulta difícil adaptarse a cambios inesperados y prefieren un entorno predecible y estructurado.
Sensibilidad Sensorial
Al igual que los niños, es común que sean hipersensibles a estímulos sensoriales como el ruido, las texturas, los olores, la luz o ciertos tipos de ropa. Esta sensibilidad puede provocarles malestar y afectar su comportamiento diario.
De hecho por lo que vemos nosotros, la excesiva sensibilidad a las etiquetas o las costuras de los calcetines es algo bastante común (aunque no nos aventuramos a decir que sea un criterio diagnóstico, pero es verdad que lo vemos en muchísimos casos).
Conclusión
Reconocer estos síntomas es crucial para un diagnóstico temprano y una intervención adecuada. Cada niño con síndrome de Asperger es único, por lo que es importante adaptar las estrategias de apoyo a sus necesidades individuales.